A la hora de diseñar una cocina, es importante tener en cuenta varios aspectos claves para obtener un proyecto funcional, que cumpla con las expectativas y tenga un diseño que converse con los demás elementos del espacio y con tu personalidad.
En el diseño y distribución de la cocina, hay un concepto clave que es importante conocer a la hora de diseñar una cocina, esto es El triángulo de trabajo.
El triángulo de trabajo, es un concepto que se desarrolló en los años 40s, en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos; desde entonces, es un concepto básico en el diseño de cocinas.
Las principales zonas de trabajo de una cocina, son: la zona de lavado, es decir el pozuelo con el espacio de secado; la zona de cocción, es decir la cubierta y el horno; y la zona de almacenamiento, es decir la nevera y la alacena.
Así, cuando se utiliza el triángulo de trabajo, se conectan las principales zonas de trabajo, teniendo en cuenta una serie de movimientos o recorridos inteligentes entre ellas. La principal recomendación, es ubicar la zona de lavado en el centro de las otras dos zonas; así, luego de sacar los alimentos necesarios de la zona de almacenaje, se pasa a la zona de lavado, para, de ser necesario, ir a la cocción.
El ideal, es diseñar y elegir una cocina que se ajuste a tus necesidades, al espacio con el que cuentas y a tu personalidad. Te recomendamos elegir módulos que te permitan optimizar el rendimiento, y así, sacarle el máximo provecho a tu cocina.
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